Marimonos y Silvadores
Takú un Capuchino y Kusi una marimona, tenían una edad de alrededor de un mes cuando llegaron a la Estación a mediados del año 2012, creemos que vienen de la Reserva Pilón Lajas porque era una familia Tsimane que los estaba vendiendo. La señora Teresa Takusi y su hija encontraron los dos monitos y los compraron para evitar que se los lleve otro comprador de La Paz.
La señora Takusi sabía de la existencia de la Estación y aunque también sabía que estaba haciendo mal en pagar por los monitos, prefirió hacerlo para evitar que se vayan a la ciudad de La Paz y tengan una vida miserable. Ella luego de comprarlos, inmediatamente se contactó con la Estación para entregarlos e iniciar su rehabilitación.
Los dos monitos, aunque de diferentes especies, se habían acostumbrado a vivir juntos y se daban calor y cariño uno al otro. En la Estación no quisimos separarlos porque los monos, especialmente los más bebes, necesitan del calor de la manada y ellos se consideraban como una familia.
Ambos monitos se quedaron en cuarentena cerca de 6 meses hasta que aprendieron a comer por sí solos.
Chico:
Chico, un capuchino o silvador, tenía 2 meses cuando llegó a la estación, fue decomisado por la responsable de Biodiversidad de la Gobernación del Beni y entregado a la Estación para su rehabilitación.
Chico fue puesto en cuarentena en la misma jaula de Takú y Kusi, congeniando rápidamente y uniéndose a la pequeña manada. Estuvo en cuarentena por unos dos meses y fue liberado junto con Takú y Cusi.
Se encontraba en buen estado de salud y ahora que se encuentra libre, continúa unido a Takú y Kusi.
Los tres, que no tuvieron demasiado contacto humano, viven en los alrededores de la Estación y aunque no los vemos por periodos de enztre 7 y 10 días, siempre vuelven a visitarnos, aunque siempre con una distancia prudente.
Negrita:
Negrita, una marimona, tenía unos 6 meses cuando llegó a la Estación (septiembre 2012), también fue entregada por la responsable de Biodiversidad de la Gobernación del Beni y aunque muy tímida se encontraba en buen estado de salud.
Negrita llegó con mucho miedo y no sabemos qué pasó con ella en su vida pero tenía algún trauma. Negrita estuvo más tiempo en cuarentena y fue prácticamente adoptada por Crishta (otra marimona que vive en la Estación desde que tenía 2 meses de vida, ahora tiene cerca de 2 años), cuando fue liberada y fue quien ayudó mucho a su rehabilitación. Al principio Crishta cargaba a negrita todo el tiempo en su espalda como si fuera su madre y poco a poco, especialmente por el peso, Crishta la fue dejando. Pensamos que por lo nerviosa que era Negrita, tuvo un problema de piel todo alrededor de la boca, que fue muy difícil de curar, pero con un buen tratamiento y paciencia de Ilka y las recetas del doctor Denis de la Fundación de Salud del Río Beni, se curó. Ahora Negrita está en buenas condiciones y junto con Crishta siguen viviendo en el refugio, compartiendo su vida con el personal.